¡¡VIVIR DE CAMPING!!


Feria de Zaragoza
1 febrero 2009, 8:56 pm
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Ayer visité la feria de ocasión de Zaragoza.
En principio habíamos contemplado la posibilidad, mi mujer y yo, de pasar allí el fin de semana en el cámping que hay en la ciudad con la Bambina. Al final todo quedó en un viaje de ida y vuelta en el mismo día el sábado 31 de enero.
Salimos temprano por la mañana. Caía una llovizana apenas perceptible, de esas que te parece que no mojan pero que, a la que te descuidas, te dejan calado hasta los huesos. Temíamos encontrar niebla en la provincia de Lérida y en los Monegros pero no fue así; todo se redujo a un pequeño tramo de no más de un par de Km. al paso por el puerto de La Panadella. El resto del viaje fue de lo más placentero.
Llegamos a media mañana y antes de nada decidimos cumplir con la obligada compra de recuerdos para la familia; fuimos al Mercado Central.

Longanizas

Longanizas

Morcillas

Morcillas

¿Habéis visto que cosas más ricas se gastan los maños?
Cumplidos los deberes nos dirijimos hacia el recinto ferial. O más bien debería decir que lo intentamos. El coche estaba aparcado en la calle San Blas y, justo cuando íbamos a salir a Cesar Augusto ¡zas! Una manifestación y más de una hora parados. Al final conseguimos salir del atolladero y hacia el medio día llegamos a la feria.
Lo primero, claro, fue reponer fuerzas. La visita al mercado nos había abierto el apetito y ya eran las dos y pico.

Comida en la feria

Comida en la feria

¡Ah…! ¡Qué bien!
Y ahora a ver qué es lo que hay.
Y lo que había, la verdad, no era gran cosa. Quizá los autocaravaneros encontraron el evento muy interesante pero los usuarios de caravanas, movil home, bungalows y carros tienda, nos quedamos, según expresión vulgar, con un palmo de narices. En todo el recinto conté cuatro o cinco caravanas, un caro tienda y tres movil home.

Atocaravanas

Atocaravanas

Movil home

Movil home

Caravana

Caravana

Sin embargo lo que sí había era donde alimentarse. Curiosamente en una feria de cámping se exponía un solo carro tienda pero existían cinco sitios en los que adquirir cosillas que llevarse a la boca. Además doy fe de que eran buenas.

Cacinas y otras cosas

Cacinas y otras cosas

Chiringuito de bocatas

Señora Bambina y chiringuito de bocatas

Panes y empanadas

Panes y empanadas

Golosinas

Golosinas

Al fondo había una parte del recinto acotada solo para para profesionales. No nos dimos cuenta y entramos. Allí se exponían unos cuantos Bumgalows y algún que otro movil home. También había un stand de un holandés que vendía sábanas desechables y otro de la guía ACSI. Apreoveché la ocasión y compré una con su correspondiente tarjeta. La mujer que me la vendió (inglesa) me aseguró que, a partir de 2010, se editará también en español. Yo la compré en francés porque mis conocimientos de inglés son un poco precarios.
Entre unas cosas y otras pasó el día. Nos divertimos. La verdad es que esperaba algo más del evento pero no puedo decir que lo que vi no me gustase. Por otra parte, acostumbrado al que se celebra cada año en Barcelona, este lo encontré placentero en cuanto al ambiente; no había tumultos ni sonidos estridentes ni debías soportar colas enormes para ver cualquier cosa. ¡Y era sábado!
Con el maletero cargado de longanizas (tiernas y secas), las inevitables y buenísimas morcillas de la tierra y una maza de jamón de Teruel que había comprado en el mercado más un taco de cecina de jabalí, unos bollos preñados y un pan gallego adquiridos en los stands de la feria además de con el estómago lleno de calamares, bravas, croquetas, cervezas (Ambar), etc… pusimos rumbo a Barcelona. Las cervezas, cunado me puse al volante estaban más que asimiladas.

El viaje de vuelta volvió a ser bueno como el de ida. Esta vez, eso sí, tras la comida, se hicieron un par de paradas para beber. El único punto negro lo constituyó un chaparrón que duró desde el puerto de Els Brucs hasta la entrada a la ciudad. Caía el agua con tal intensidad que no permitía circular a más de 60-70Km/h. Pero con un poco de paciencia y la correspondiente prudencia, todo acabó bien.
Si el año que viene se vuelve a celebrar asistiré. Eso sí, con la esperanza de que los comerciantes que no sean de autocaravanas se animen.